¿Por qué la respiración es algo tan importante?
Si lo piensas bien, es lo primero y lo último que hacemos en nuestra vida y es lo que tenemos en común los seres vivos como tales. ¡Sin aliento no hay vida! Puede ocurrir que por diversos motivos se presenten dificultades para respirar profundamente, a veces incluso se puede sentir un peso en el estómago.
Aquí hoy queremos hablar de esto, pero no relacionado con problemas fisiológicos o patologías, sino en particular con la ansiedad, el estrés, la tensión y el cansancio. Proponemos algunas técnicas y ejercicios que pueden ser de ayuda, sin olvidar que, en casos de dificultades respiratorias prolongadas, siempre es bueno consultar a tu médico.
Dificultad para respirar y ansiedad.
El estrés, las tensiones diarias, las malas posturas o hábitos pueden generar bloqueos y rigidez. Sin darnos cuenta, nuestra respiración puede volverse poco a poco más superficial o alterada. De hecho, en situaciones de estrés llegamos a 15 respiraciones por minuto, mientras que en situaciones de calma y bienestar las respiraciones por minuto son 8. Los maestros de yoga tienen un dicho: el número de nuestras respiraciones es limitado, fijo, por lo que no debemos desperdiciarlas. De hecho, lo importante no es respirar mucho sino respirar bien, despacio y principalmente por la nariz.
La ansiedad está asociada con el miedo y puede implicar cambios conductuales y fisiológicos que preparan a la persona para defenderse. De hecho, el cerebro está diseñado para reaccionar ante situaciones amenazantes con una respuesta de lucha o huida. Tu ritmo cardíaco aumenta para bombear sangre a tus órganos más rápido, preparando tus músculos para la acción.
Así, la respiración se vuelve más frecuente para suministrar más oxígeno a los músculos. El resultado puede ser una sensación de dificultad para respirar. Para recuperar el control podemos implementar algunas prácticas que ayuden a restablecer el equilibrio; cuanto más las practiquemos, más podremos activarlas de manera efectiva cuando sea necesario.
Preparación para los ejercicios
En primer lugar, prepara el entorno en el que practicarás. La temperatura no debe ser demasiado caliente ni demasiado fría; si hace demasiado frío, puedes estornudar o sentir que tu nariz se seca demasiado y si hace demasiado calor, la sudoración excesiva podría distraer y hacer que un ejercicio que pretende ser relajante sea extenuante. Trata de ventilar bien la habitación, puedes encender tu Cube una hora antes de comenzar, para garantizar un aire sano, ligero y agradable para respirar.
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Antes de comenzar, te recomendamos que te suenes la nariz, asegurándose de que ambas fosas nasales estén libres. Y hablando de fosas nasales, ¿alguna vez has notado que durante el día probablemente no uses ambas? Por lo general, de hecho, respiramos predominantemente solo de un lado (y el otro parece estar cerrado). En la práctica del yoga, la respiración pranayama está destinada a equilibrar la respiración en ambas fosas nasales, lo que también debería ayudar a equilibrar los lados izquierdo y derecho de tu cerebro.
¿En qué posición ponerse para estos ejercicios? Para los que te recomendamos hoy puedes elegir la posición del héroe: arrodíllate lentamente, luego baja apoyando las nalgas sobre los talones. Para mayor comodidad, puedes colocar una almohada debajo de tu trasero. También puedes simplemente sentarte en una silla con respaldo rígido; mantén la columna recta, los hombros ligeramente hacia atrás, la barbilla recta y mirando al frente. No levantes ni bajes demasiado la barbilla ya que cerrarás las vías respiratorias. ¡Y ahora comencemos!
Ejercicio: el aliento del océano
Este primer ejercicio se llama ujjayi pranayama, es decir, respiración victoriosa, o también respiración del océano.
Comienza manteniendo la mano abierta frente a la boca, con la palma hacia ti. Imagina que es un espejo y sóplalo con la boca como para empañarlo. Mientras haces esto, trata de notar lo que está pasando en tu garganta. Luego haz lo mismo, pero con la boca cerrada e inhalando y exhalando solo por la nariz. Lenta y profundamente. Escucha el sonido de tu respiración, es como si viniera de tu garganta y suena como el océano en tu cabeza. Es un sonido realmente hermoso, muy relajante y pacífico.
Practica libremente unas cuantas veces, luego inhala contando hasta seis y exhala de nuevo contando de seis a uno. A medida que practiques, puedes alargar el ritmo, contando hasta diez mientras inhalas y luego hacia atrás desde diez mientras exhalas. No hay prisa, ve despacio, si subir a seis es demasiado, para en cuatro. No te fuerces, solo trata de acompañar a tu cuerpo a esta práctica, con paciencia y comprensión.
Esta práctica es útil para calmar y relajar mente y cuerpo, tanto en momentos complicados (durante las visitas que te asustan, por ejemplo, al dentista) como antes de dormir.
Ejercicios creativos de respiración.
Ahora te ofrecemos pequeños ejercicios de respiración que casi parecen juegos, para relajarte y divertirte, al tiempo que creas un momento de calma dentro de ti. También puedes probarlo con niños si quieres.
Taza de chocolate caliente:
Imagínate sosteniendo una taza de chocolate caliente en tu mano, sostenla frente a tu cara y respira profundamente por la nariz, como para oler su aroma. Luego exhala soplando desde la boca para enfriarlo.
El volcán:
Manos entrelazadas delante del pecho. Inhala por la nariz y llévalas lentamente por encima de la cabeza, manteniendo las palmas de las manos juntas. Luego deja que tus brazos bajen, como la lava que fluye siempre lentamente desde las laderas del volcán hasta el suelo, exhalando.
La serpiente:
Inhala profunda y lentamente por la nariz, luego exhala manteniendo la boca ligeramente entreabierta, imitando el silbido de una serpiente, dejando salir lentamente el aire entre los labios.
Puedes hacer otros ejercicios de respiración creativa que te ayuden a mejorar tu estado físico y emocional.
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