¿Te comerías o le darías a alguien que amas una manzana sucia sin lavarla primero? ¿Usarías un vestido que muchos extraños han utilizado antes que tú, sin darle una pasada por la lavadora? ¿Te acostarías con los zapatos con los que caminaste todo el día?
Lo más probable es que hayas respondido que no a todas estas preguntas. En condiciones normales y cotidianas (no las de una película de acción en la que dormir con los zapatos puestos y una pistola debajo de la almohada es parte de la emoción de la historia), antes de dejar que tu cuerpo entre en contacto con algo sucio o contaminado, te encargas de limpiarlo, desinfectarlo y descontaminarlo si es necesario.
Sin embargo, por el elemento vital más importante, el que nos hace vivir cada segundo, por lo general no tenemos esta preocupación. Hasta justo antes de la pandemia, la mayoría de las personas se preocupaban muy poco por lo que respiraban. Por supuesto, con el Covid-19, la necesidad de contar con entornos seguros se ha convertido en una urgencia, pero quizá la conciencia de que no son solo los virus los que hacen que los espacios cerrados sean insalubres aún no se ha convertido en un sentimiento común. Las sustancias contaminantes que llegan del exterior o se generan en el interior (del mobiliario, de las actividades y de la presencia de personas), si el ambiente no está suficientemente ventilado, aumentan progresivamente de concentración y son inhaladas por los presentes, con consecuencias en su bienestar.
Respirar aire limpio es una importante herramienta de prevención: mejora la calidad del sueño, fortalece el sistema inmunológico, aumenta la concentración y la productividad, brinda alivio a quienes padecen alergias y asma. Rodearse de aire limpio ayuda a prevenir dolores de cabeza crónicos, fatiga, enfermedades cardíacas y una serie de afecciones degenerativas graves. Niños, ancianos y personas con problemas de salud cardiovascular, inmunodeprimidos, alérgicos, asmáticos o con dificultades respiratorias, obtienen grandes beneficios, inmediatamente perceptibles, al respirar aire higienizado y descontaminado.
Trate de prestar atención: los signos de mala calidad del aire interior son, por ejemplo, acumulaciones de polvo, condensación en las ventanas y aire pesado o con malos olores, sensación de dificultad para respirar, especialmente por la noche. Las causas de la mala calidad del aire pueden ser los humos de la cocina, especialmente los humos de gas, los sistemas de calefacción y refrigeración, el moho, las mascotas, los productos químicos de limpieza del hogar, los muebles y los materiales de construcción (pinturas, pegamentos, morteros, etc.).
Acciones útiles para mejorar la salubridad de tus espacios
- Aumenta el intercambio de aire: abre las ventanas y usa un purificador para descomponer los contaminantes y tener siempre aire limpio. Jonix Cube regenera el aire de tus espacios, gracias a una tecnología avanzada y patentada: Non-Thermal Plasma, que es un sistema activo, es decir, las partículas reactivas “cazan” a todos los contaminantes presentes en el ambiente (virus, bacterias, mohos, VOCs, partículas) y los descomponen sin dejar residuos. Así, respiras aire seguro, sano y limpio.
- Evite el desorden, que permite rincones de acumulación de partículas. Limpia las superficies todos los días, especialmente aquellas en las que pasas mucho tiempo, como un escritorio o una mesa de noche, para deshacerte del polvo que puedas inhalar.
- Evita introducir contaminantes del exterior: deja tus zapatos afuera, si es posible, cepilla a tus mascotas al aire libre.
- Presta atención a lo que arde o se dispersa en el aire: el humo de las velas, incienso, aceites esenciales insalubres, cigarrillos, perfumes y ambientadores, liberan sustancias que pueden ser inhaladas, por lo que es importante ventilar las habitaciones después de quemarlas en su interior y desecha la ceniza inmediatamente.
- Lávate los ojos y la nariz todas las noches y todas las mañanas, con agua simple o con una solución salina, respirarás mejor inmediatamente y te ayudará a prevenir los resfriados.
- Rodéate de plantas, especialmente aquellas de interior que absorben contaminantes.
- Para la limpieza, elige productos no agresivos y lo más naturales posibles, para no inhalar sustancias tóxicas tanto durante su uso, como posteriormente.
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